lunes, 19 de julio de 2010

Relaciones destructivas

en la relación de pareja, ambos se permiten ser influenciados por el otro, sus puntos de vista son importantes para uno y otro y las áreas fuertes de uno contribuyen al otro y viceversa, complementándose. Las debilidades son entendidas como partes del ser humano...




Por: Lic. Rosario González F.



En la relación de pareja, ambos se permiten ser influenciados por el otro, sus puntos de vista son importantes para uno y otro y las áreas fuertes de uno contribuyen al otro y viceversa, complementándose. Las debilidades son entendidas como partes del ser humano.



Pero cuando una relación deja de ser edificante y se convierte en una situación que genera estrés, debido al maltrato, empieza a generar un círculo de abuso – estrés – depresión.



Además del maltrato físico, existe el abuso emocional, que se da cuando por ejemplo se incurre en insultos, menospreciándola como un ser inferior, o a través de la infidelidad. Generalmente se trata de hombres que maltratan a su mujer.



El Dr. Lamoglia en su libro: “El triángulo del dolor”, nos dice que:”una de cada tres parejas está constituida con base en una relación destructiva. ¿Por qué no nos percatamos de este maltrato, a pesar de que puede tratarse de nuestra hermana, cuñada, amiga, vecina o compañera de trabajo? La respuesta es desconcertante y dramática: esa mujer, al igual que Ana Paula, prefiere justificar y ver como “normal” su situación: elige guardar silencio y no comentar nada a nadie y vive el sufrimiento como una característica más de su relación de pareja.



Del mismo modo que un adicto a las drogas va muriendo por que no puede dejar de utilizar sustancias tóxicas, o un alcohólico sufre porque no puede dejar de beber, esa mujer, en el silencio de su soledad y en medio de cuatro paredes, va muriendo porque no puede dejar de vivir sin su “hombre”, a pesar del maltrato.



A partir de los primeros abusos, la mujer se paraliza y, pr tanto, queda incapacitada para responder a la agresión física o emocional de su pareja. Vive un constante estado de estrés que la lleva a padecer continuamente síntomas de depresión, los cuales pueden ocasionar compliaciones tan severas que pueden llevar a la muerte. Este proceso se denomina triángulo abuso-estrés-depresión (TAED). En él vive inmersa la mujer sin la aparente intención de hacer algo por librarse.”



Es el caso de las relaciones de parejas que dicen:



“Contigo por que me matas...

Y sin ti por que me muero...



En las historias de estas mujeres encontramos que en sus padres fueron fríos y distantes, incapaces de ser empáticos con sus necesidades afectivas y hasta se burlaban cuando les pedían afecto o se sentían solos. Historias de padres muy exitosos económicamente, pero incapaces de dar afecto, y prestos para dar una crítica o rechazar algún comportamiento que no les espejeara algo propio, ya que generalmente desean hijos semejantes, no respetan la diferencia.



También hemos visto en estas mujeres que provienen de padre alcohólico, que igual tienen comportamiento agresivo y devalúan a sus hijos a través de la crítica debido a sus propias inseguridades.



En estas cadenas de maltrato, se dan las identificaciones con parejas. Recuerden que Freud nos dice que nadie se casa con un desconocido, nos casamos con alguien familiar. Quiere decir que nos casamos con lo que conocemos en casa.



Si aprendimos que el maltrato o la crítica o el desprecio o el desamor, es sinónimo de amor. Entonces, el inconsciente es muy sabio y encontrará esa persona.



Hay otro aspecto que quiero mencionar y que es muy importante que estén alerta, permiten el abuso, porque las hacen creer que tienen la culpa. Este sentimiento es el que hace que acepten el maltrato, en la creencia de que se lo merecen. Y no es así, no hay nada, que justifique el maltrato o el castigo. No hay persona que tenga derecho de infligir castigo a otra. ¿Por qué tendría esa autoridad? ¿Quién se la otorga? ¿Usted?



No le crea todo lo que dice, ni todo lo que oye. Cuestiónese. ¿Y si solo se esta desquitando con usted, lo que no se puede desquitar con otras personas, o que son de su mismo nivel, como amigos, compañeros de trabajos, o gente con autoridad, como jefes, etc? Varad, que no se vale……



Ellos dicen que lo saben todo… ¿y no fue el sabio filósofo Sócrates quien nos dijo: Yo solo sé que no sé nada? Para explicar que entre más conocimiento se tiene, más cuenta se da de la ignorancia... Entonces una persona que presume de saber todo, solo presume de su ignorancia, no le crea!



El Dr. Lamogla, en el libro que arriba cité, nos dice: “La mujer adicta encuentra “muy cómodo” quedarse en el círculo sin fin de un camino que cree seguro porque lo conoce. Ese camino tiene nueve pasos muy claros:



Me golpea

Lloro

Se arrepiente

Pide perdón

Me compra cosas

Me aguanto un poco

Me seduce o lo seduzco

Espero la agresión siguiente

Me pega y se inicia el proceso

Tenemos que recordar que el golpe puede ser físico o emocional, a través de devaluar a la otra persona, diciéndole cosas como: “no sirves para nada”, “eres una inútil”, “no tienes educación”, etc.



El arrepentimiento puede presentarse a través de simplemente hacer como si no hubiera pasado nada, y andar muy “de buenas”, o hasta pedir perdón cuando realmente se dio cuenta que se le pasó la mano y la agresión física se nota demasiado, o la emocional la ha lastimado tanto que la depresión es muy fuerte y los deseos de vivir, se han socavado.



El principio de la recuperación, inicia con el amor a sí misma, el respeto a su propia vida, a su propia valía, las personas no se ganan el cielo por permitirse maltratar, el respeto es algo que hasta bíblico es: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, da por hecho que te amas a ti mismo.



Si sientes que no puedes recuperarte del maltrato que has recibido, atiéndete, busca ayuda, bien en los centros de atención a la mujer, o bien ayuda profesional particular psicológica, pero atiéndete, será un proceso, largo, lento, pero lo lograrás.



Para finalizar este artículo, me parece importante compartirles este test que nos da el Dr. Lamoglia en este mismo libro antes mencionado:



¿Soy un Adicto a las Relaciones Destructivas?



1. ¿Mi familia no satisfizo mis necesidades de afecto?



2. ¿Durante mi vida he tratado de proporcionar afecto a todos aquellos que parecen necesitados en especial a personas conflictivas e inaccesibles a las que he intentado cambiar por medio de mi amor?



3. ¿Sigo esperando que mis padres sean las personas afectuosas y comprensivas que yo ansío?



4. ¿Hago cualquier cosa para evitar que me abandonen?



5. ¿Invierto gran parte de mi tiempo, de mi dinero y mis pensamientos en tratar de ayudar a la persona con la que estoy involucrada(o)?



6. ¿Estoy dispuesta(o) a esperar, conservar esperanzas y esforzarme más para complacerlo(a)?



7. ¿Creo que el éxito de la relación depende totalmente de mi?



8. ¿Me complace ayudar a los demás aún en contra de mi bienestar?



9. ¿Siento que soy un ser defectuoso, lleno de fallas e inseguro y me esfuerzo por aparentar lo contrario?



10. ¿Sueño constantemente en cómo me gustaría que fuera la relación?



11. ¿Me siento tranquila(o) y segura(o) cuando estoy con mi pareja?



12. ¿Suelo abusar de por lo menos de una de las siguientes sustancias: alcohol, drogas y ciertas comidas, en especial los dulces?



13. ¿Me siento incapaz de tomar las decisiones necesarias e importantes en mi vida?



14. ¿A menudo me siento sola(o), triste y fracasada(o)?



15. ¿Busco la protección de una persona?







La respuesta afirmativa a estas preguntas, caracterizan a un adicto a las relaciones destructivas.



¿Tu Pareja Tiene Alguna de las Siguientes Conductas?



1. ¿Insiste en mantener el control de tu vida, tus pensamientos y comportamiento?



2. ¿Consigue someter con sus amenazas de violencia física o psicológica (insultándote, vilipendiándote, desvalorizando tus sentimientos y opiniones o incluso dejándote de hablar por periodos prolongados?



3. ¿Cambia imprevistamente de seductor(a) a déspota?



4. ¿Hace comentarios despectivos sobre ti en particular y sobre otras personas en general?



5. ¿Te castiga dejando de darte amor, dinero, aprobación o contacto sexual?



6. ¿Es celoso(a) y posesivo(a)?



7. ¿Insiste en que para satisfacerlo(a), renuncies a actividades valiosas o importantes para ti?



8. ¿Te obliga a participar en actos sexuales que te son desagradables o dolorosos?



9. ¿Tiene aventuras extramatrimoniales?



10. ¿Te humilla en presencia de otros.



11. ¿Es encantador(a) en público, pero te regaña cuando están solos?



12. ¿Actúa como competidor de tus hijos o de otras personas importantes en tu vida?



13. ¿Proyecta sobre ti la culpa de todos sus conflictos?







Si contestaste que si a 5 o más de estas preguntas acerca de tu compañero(a) estás en una relación con un misógino (misántropa). Cuestionario del Dr. Lamoglia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario