lunes, 19 de julio de 2010

En que esta centrado tu Matrimonio

Por Lic. Rosario González Franco








Cuando se termina una etapa de la vida, desde dejar a los padres para convertirse en esposos, hasta convertirse en madre/padre, hasta enviar a los hijos al jardín y luego a la escuela, o bien porque lo hijos se casan y dejan el nido vacío, o bien cuando un trabajo se concluye, o una amistad se termina, o en el caso de separarse un ser querido, sea por cuestiones de distancia o fallecimiento, o cuando se tiene que enfrentar un divorcio, todos estos procesos nos hablan de enfrentarnos a separaciones, a esas partes que tenemos que ir dejando de nosotros para crecer, para adaptarnos a nuestro presente que nos requiere que hagamos un esfuerzo inédito, algo que nos enfrenta con lo nuevo, en donde nos cuesta dejar esas partes ya conocidas para ahora hacer algo nuevo y crecer.


Esta parte, crecer y adaptarse siempre a lo novedoso que nos trae nuestro presente es al mismo tiempo lo que trae lo excitante a la vida, pero al mismo tiempo lo que nos provoca sufrimiento, debido a que implica que hagamos eso inesperado, esos cambios que no estábamos contemplando y que tan cómoda hacían nuestra vida cotidiana, pero, los hijos crecen y la vida con su diario amanecer nos tiene siempre en continuo cambio, aunque nos parezca imperceptible.



Y así sucede que en muchas parejas que tenían pequeñas desavenencias conyugales, con el tiempo, se hicieron graves esas diferencias y ahora en el presente se encuentran en situaciones que nunca se imaginaron estar, enfrentando procesos individuales, enfrentando ahora procesos en donde cada uno retoma su camino para mejorar su vida porque unidos sus vidas ya no pudieron edificarse.

Los nuevos esposos enfrentan el duelo de haber dejado sus hogares y de enfrentar nuevas responsabilidades y de que ahora su hogar depende totalmente de su capacidad.

Los nuevos padres sufren y se atormentan pensando en si hacen lo mejor para sus hijos, si la educación como se las transmiten será lo mejor para ellos sin que les ocasionen los traumas que ellos cargaron de sus propias familias de origen.

Como profesionistas, el vivir la pérdida del trabajo, y la afectación de la economía es un descalabro que nos impacta seriamente en la autoestima.

Y creo que he tocado las cualidades afectivas, y digo afectivas porque es donde la persona deposita ese montante de su pasión, de su amor y se esfuerza por alcanzar estas metas como lo más importante en la vida de la persona como lo son: hijos, pareja, profesión - oficio y amistades.

Siempre que se termina una etapa en nuestras vidas, vivimos un duelo, pero cuando perdemos a un ser querido, o se vive un divorcio o la pérdida de un trabajo, el duelo es más elaborado.



¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción normal después de la muerte (separación) de un ser querido. Supone un proceso más o menos largo y doloroso de adaptación a la nueva situación.



Etapas del duelo

1) Negación y aislamiento: la negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse.

2) Ira: Surge el resentimiento. Surgen todos los por qué, todo les viene mal y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lagrimas, culpa o vergüenza.

3) Pacto o negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, mas el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.

4) Depresión: Ya no se puede seguir negando, la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado preparatorio para la aceptación de la realidad, en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que no se lo acepte sin decirle constantemente que no esté triste.

5) Aceptación: Quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos –su envidia por los que no sufren este doror, la ira, la bronca por la pérdida y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz, en un principio está casi desprovista de sentimientos Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor… la vida se va imponiendo.

6) Esperanza: es la que sostiene y da fortaleza al pensar que se puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo este dolor tenga algún sentido; permite poder sentir que la vida aún espera algo importante y trascendente de cada uno. Buscar y encontrar una misión que cumplir es un gran estímulo que alimenta la esperanza.



Elaborar el duelo

El proceso de elaboración del duelo esta influido por una multitud de circunstancias, entre ellas destacaremos cinco como las más importantes: 1) Los recursos internos de quien sufre la separación y sus experiencias de pérdida previa. 2) La calidad y el tipo de vínculo perdido. 3) Las características de la ruptura en sí. 4) El momento de la vida en que ocurre para la persona. 5) La actitud de la familia y la disponibilidad de la red social de apoyo.

Tenemos que recordar que hemos escuchado decir “hay que cerrar círculos” cuando se refieren a la terminación de las etapas de la vida, y se tenía la creencia que era dejar atrás lo vivido. Ahora, los especialistas en Terapia Narrativa nos dicen que para elaborar un duelo, es decir para sentir que podemos vivir con la pérdida sin el sufrimiento, en necesario seguir los siguientes procesos que a continuación se describen.



Recuperándose

Voy a citar un texto que nos compartió el Grupo de Terapia Narrativa de Coyoacán:

“Michael White en 1998 publica un trabajo motivado por sus experiencias terapéuticas con personas que han sido diagnosticadas como dolientes de “duelo retardado” o patológico y han sido tratados bajo modelos normativos y/o medicamentos.



White plantea que el modelo normativo busca que las personas digan ADIÓS al ser querido que murió. La experiencia relatada de la personas es que parece que hubieran perdido el propio sentido de sí mismos junto con la persona amada. Desde el punto de vista de White, seguir el modelo normativo no capacita a las personas a reaccionar y enriquecer sus vidas, y de ahí surge la metáfora de decir HOLA de nuevo, que implica reivindicar la relación con el ser amado perdido.

Lorraine Hedke plantea desde esta visión narrativa que el pensamiento moderno dicta que para recuperarse del dolor por la pérdida hay que “dejarlo ir” y “aprender a vivir sin ella o él”, pero la idea es cambiar esta concepción de que la muerte es un final por la que es una invitación a tener una nueva forma de relacionarse con ese ser querido difunto. (www.rememberingpractices.com)



White plantea que para reivindicar esta relación, en las conversaciones terapéuticas se plantean preguntas que invitan a hacer un recuento de lo que los dolientes percibían como experiencia positiva desde el punto de vista del fallecido. Un ejemplo: Si te estuvieras viendo ahora a través de los ojos de (nombre del difunto), ¿qué rasgos de ti mismo podría él (ella) apreciar?”



Espero con estas líneas haberlos podido acompañar en sus procesos de separaciones y con mucho gusto si me lo permiten, si todavía se les dificultan sus procesos para la elaboración y recuperación, será un honor ser su psicoterapeuta. Les mando a todos los lectores del Dr. Cesar Lozano un saludo afectuoso y mis deseos de su restablecimiento al nuevo presente que se nos brinda.

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